martes, 13 de abril de 2010

Faro


Yo no soy marinero, soy capitán
De un barco de sueños
Hacia la región estelar

En la proa tu estatua
Desnuda
Que guía mi destino

Calabrote que me ciñe
Canto de sirena con sabor a hiel
Estela ya lejana, dolor bajo mi piel

Ninfa marina canta por mi
Zozobra y Barlovento
Sufrimiento, oscuro mar

Quiero dejar de navegar
Llanto de sal
!Ay de mí¡

sábado, 10 de abril de 2010

Dichosos

Dichosos los que solo ven la verdad
Los ojos que que te llenan de libertad
Esencia de la felicidad

Dichosos los que buscan solo el interior
Los que te aman sin esperar
Recordadlos

La vida nos da la espalda
Qué color hay en tu corazón

Dichosos los que caen al fondo y se levantan
Los que aprenden de los errores
Recordadlos

Los que saben sin saber
Los que ofrecen otra oportunidad
Dichosos ellos,dónde están

Laberinto


No te encuentro, no me importa abandonar
No quiero arrastrarme en el suelo
Incapaz de resistir, adicción que me hará morir
Latidos que siguen despiertos
Para hacer volar

Notar la vida, supurar bajo mi piel
Apreciar los pasos que me hacen caminar

Fuera de mi, vete de aquí
No vuelvas más
Olvídame ya, corre hacia atrás
Pues te alcanzaré

Miénteme para quererte
Guíame hacia el abismo
Lagrímas de ciego y sin dolor

Notar la vida de nuevo
Supurar bajo mi corazón
Apreciar los pasos que me hacen caminar

Aléjate ya y vende mi libertad
Corre sin más

Hablame para oir tu voz
Palabras de hiel que conducen a un abismo

Despertar


Te extraño, y estás aquí
La razón de mi existir es simple
Solo no puedo vivir, y contigo moriré

Tu decisión hoy me mata
Irrevocable, se acabó mi tiempo
Debo despertar

Te miro, y no encuentro refugio
Te llamo, no hay respuesta
Mi paciencia se agotó

Sé que tu decisión hoy me mata
Y no me deja respirar
Se acabó mi tiempo, debo despertar

Tanto oscuridad, sé que tu estás al final
Tu decisión hoy me mata,
Debo despertar

Perlas brillantes


Fracasos te hicieron perder tu estima
Novelas no leídas dibujan tu caracter

Dolor con mucho calado
Palabras sombrías te obligan a cambiar

Sociedad aplastante
Te llegó la hora de sonreir

Tiempo perdido, nadie te rescatará
Rompe tu voz y grita

No te duermas, murmura que tu hora está aquí
La hora de sonreír.

No calles, reivindica
Hazte oir, es tu hora
La hora de sonreir

La noche


Las paredes cierran mi espacio
No hay oxigeno
Comsume mi respiración
Sin explicación, cambio de color

La noche ya está aquí
Y tu retrato quiere hablar
No escucho

Luz tenue invita a desepertar
Indicando que puedo volar
A cuatro metros del suelo

Sombra del pasado
Remueve mi memoria y me hacer recordar
Recapacitar, que el camino no es camino
Sino que se hace camino al andar

Pasado


No quiero hacer mal
Pero fui capaz de cumplir sueños
Hacerlos realidad

Mi llanto, giró bruscamente
Y me dio placer, y a los míos
Lo que me hizo sufrir, me ayudó a seguir

Por tí reí, por tí sufrí
El tiempo al final nos separó

Por ti lloré, por ti soñé
La nostalgia llora, yo ya no

El invierno llegó, sin avisar
El recuerdo marchó, puerta cerrada
Aprendí a vivir sin pensar en el final

Polvo entre mis pies, reloj parado
Destrozado por poder volar cerca de ti
Lo conseguí

Cuadro Roto


Ese cuadro en la pared me habla
Recuerdo de un dulce pasado
Mucho tiempo sin saber de ti
Largas noches sin sueño
Vida sin dolor, utopía

Olvidaré de cuánto me dolió
Recordaré el día de mi decisión
Pasión dada y robada
Sueño sin tu ayuda
Vivir pero lejos de ti

Dormir y despertar sin ti
No haces falta aquí
Escucho el latido de mi corazón, por fin
Tempestad evadida, gotas de rocio
Dormir sin esfuerzo
Vivir lejos de ti

Agua


Conversación sorda
Camino firme hacia el horizonte
Quemado, con cien años de ansiedad
Sueños por cumplir, morir por ti

Agua para tu sed
No quiero mirar atrás,
El mundo no debe verme llorar

Camino, negro mar eterno
Cosas feas
Mejor callar
Abrir la boca y no poder hablar

Mi interior está disponible
Asómate y descubre
Describe lo que vés, cuéntalo

Agua para tu sed
Mi vida a tus pies, una vez mas

En el rincón


Encerrado en mi, vuelvo a recordar
un tiempo sin sueño
compartir tu vivir y tu morir
No me faltes ni un solo momento
no quiero un adiós
No te marches, espero en el rincón
De tu corazón
Decepción y desilusión
Debo continuar
Sabes que estoy para escuchar tu voz
Amigo y servidor
Desespero y por ello muero un poco más
Dónde estás
Desespero de nuevo

Quevedo Genial



Quevedo (atribuido)
Piojos cría el cabello más dorado,
lagañas hace el ojo más vistoso,
en la nariz del rostro más hermoso
el asqueroso moco está enredado.
La boca del clavel más encarnado
tal vez regüelda a hálito fatigoso,
y la mano más blanca es muy forzoso
que al culo de su dueño haya llegado.
El mejor papo de la dama mea
y [a] dos dedos del culo vive y mora,
y cuando aquesta caga, es mierda pura.
Esto tiene la hermosa y más la fea,
veis aquí el muladar que os enamora,
cágome en el Amor y en su hermosura.

Análisis del Artículo de Larra por Licenciado Vidriera




EL MUNDO TODO ES MÁSCARAS. TODO EL AÑO ES CARNAVAL

Publicado el 14 de marzo de 1833, pertenece a la primera época del Larra articulista y eso se percibe tanto en el contenido como en la forma y en el lenguaje utilizado. Este artículo es uno de los últimos publicados en El Pobrecito Hablador, pues cesa dicha publicación en marzo de ese mismo año, meses después que comenzara Larra a escribir para La Revista Española. El artículo está firmado como El Bachiller, Juan Pérez de Munguía, pseudónimo utilizado por Larra durante este período.

Larra como crítico teatral fue seguidor de Moratín y lo manifiesta con la frase de encabezamiento, ¿Qué gente anda allí arriba, que anda tal estrépito? ¿Son locos?

Utiliza Larra en este artículo un estilo más cercano al público, con tintes costumbristas y con poco de política. Sencillamente critica de manera irónica y fina a la sociedad en la que él se ve envuelto. El Bachiller, Juan Pérez de Munguía es un hombre que sale de un pueblo retrasado culturalmente y que ha tenido acceso a la cultura y es por ello que se revela contra la sociedad.
La temática de este artículo puede ser extrapolado a cualquier momento de la historia, pues la hipocresía de la gente ha sido tratado por escritores en toda la literatura universal.


Clavileño es un caballo que aparece en el capítulo XLI (41) de la segunda parte del Quijote. Es un caballo que llega con retraso lo que produce una impaciencia en don Quijote. La misma impaciencia que experimenta el Bachiller camino de la fiesta, pero no por deseos de llegar, sino por las circunstancias en que acude al baile de máscaras.

A parte de la falsedad que envuelve a cualquier ser racional, otros temas son tratados en el artículo:

El oficio de escritor: Larra se siente escritor, o mejor dicho, profesional de la escritura, escribe artículos por los que es bien pagado. Al comienzo del artículo que nos ocupa, lo admite: el Bachiller se encuentra envuelto en un sinfín de reflexiones para poder plasmarlo por escrito (203) Unamuno, que sentía al parecer poca simpatía por Larra, hablaba de “su oficio de escritor”, del profesional de la literatura.

La mordacidad de Larra está presente en cada uno de sus artículos, tal es así que incluso un personaje de Galdós amonestaba: “Cuidadito con Larra que tiene más talento que pesa; pero es mordaz y malicioso”. Igual que a Galdós le sirvió la sociedad para novelarla, a Larra le sirvió para censurarla de manera brillante e irónica.

La sociedad del siglo XIX: Si bien es cierto que el artículo deja patente la hipocresía que envuelve a la sociedad que le tocó vivir, también es cierto que esa hipocresía no es característica de una época, el XIX, sino de muchas. Por ello debemos entender esta crítica como algo más genérico y muy recurrente en la literatura universal. El caso de El Criticón de Gracián, donde el engaño a los ojos estará presente a lo largo de toda la obra, Andrenio representará al hombre común que se deja engañar por la apariencias y Critilo representa al hombre juicioso, que elige con cautela. El Criticón muestra la estructura literaria de Maestro-discípulo, el uno enseña y el otro aprende.

El engaño a los ojos en la literatura: Parece obvio que el engaño a los ojos es un motivo literario muy recurrente. En la literatura los personajes pueden engañar, aceptar el engaño y descubrir el engaño. Lectura de textos en relación con ello.

Mundo y confusión: Accede al baile de máscaras el Bachiller donde reina ya la primera confusión de los elementos, en el salón se advierte la confusión de sensaciones encontradas en un baile de máscaras, donde las palabras se confunden con la voces.

Lo onírico y la muerte: cuando el protagonista fatigado y momentáneamente apartado del enjambre de máscaras se duerme en un rincón, y tanto el sueño como el ayuno le acercan a una redoma mágica (vasija), de la que en medio de un torrente de luz aparece Asmodeo y le muestra tipos que son bien conocidos en la literatura revelando su verdadero envés. La vejez vergonzante, las viejas y sus afeites engañadores, el médico y el picapleitos, el militar fanfarrón y embustero. Larra por tanto toma el sueño y lo convierte en la ensoñación de Vélez de Guevara por medio de Asmodeo, que es propiamente Ceoflás en la novela española.

Participación de Asmodeo como la quintaesencia del artículo: Todo el año es carnaval mantiene Asmodeo, ya que todo anda encubierto, meramente simulado o al revés. Asmodeo anticipa a Larra su última lección desengañada: que todo Madrid es un cementerio y que el cementerio más próximo es su propio corazón.

Gran comedia: La Gran Comedida representada por todos resulta transparente y se añade un aliño sentimental que consiste en decirnos que la representación no admite jerarquía de papeles ni firmeza, pues se representa precisamente aquello que no es.

El mundo todo es máscaras. Todo el año es carnaval(M.J. de Larra)




El Bachiller, Juan Pérez de Munguía se encuentra envuelto en su profesión de “escritor”, divagando y reflexionando sobre qué escribir, tarea nada fácil. Vuelta para un lado, vuelta para otro. De este modo y por el cansancio que dichas divagaciones le proporcionan, el Bachiller tiene a bien meterse en la cama a esperar a que la inspiración le haga una visita. La inspiración no llega pero lo que sí llega es su amigo que lo intenta rescatar de su cómoda postura para acudir a “las máscaras”. No sin dificultad consiguen llegar a donde tiene lugar la fiesta, que la variedad de gentes y de dominós es infinita, lo que proporciona una gran inspiración al Bachiller. La descripción de los personajes está repleta de fina ironía y de un uso del lenguaje superior, especialmente para poner de manifiesto la edad de alguno de invitados a esa fiesta. (205).
La descripción de la habitación donde tiene lugar la fiesta también se encuentra llena de ironía, por lo pequeña que ésta es: (206). Una máscara se le aproxima (metonimia) para decirle que su amante, Paquita, se encuentra en la fiesta, pero también su marido. Mal negocio. Pone de manifiesto la infidelidad como modalidad de engaño en un mundo de máscaras, aunque el dominó de el Bachiller es el mismo que el de los amantes que asisten a la fiesta, vaya fastidio, todo el mundo se dirige a él equivocadamente. El bachiller es capaz incluso de seguir la broma pues ello le divierte, y así se lo hace saber al lector, interpelándolo y haciéndole partícipe de tan gran diversión. (208)
Después de momentos tan hilarantes abandona el Bachiller la fiesta dejando atrás capa, amantes y confusión. Pues bien, reflexionando Juan Pérez sobre lo que había acontecido en dicho baile de disfraces, donde reinaba la confusión, cae en la cuenta e insta a sus lectores que reparen en que la verdadera falsedad no está en las caretas de cartón bien confeccionadas sino en la hipocresía de don Braulio o el engaño que esconde el rostro angelical de doña Julianita, quien no tiene piedad con sus pretendientes. El hombre amable y cortés es en realidad un grosero y un tirano con aquella que entregue su corazón a él. Más pérfida que su careta, es su cara.
Tanto trajín y movimiento había provocado en el Bachiller un hambre irresistible y cuando se decide a sentarse a cenar con su amigo, el sitio no era el mas apropiado pues pululaban por el local un sinfín de jóvenes con sus máscaras puestas. Después de la mediocre cena vuelven al baile y debido al cansancio se apoya en una esquina y se queda dormido. En ese momento el Bachiller comienza a soñar, inicia un viaje de la mano de Asmodeo, héroe del Diablo Cojuelo, quien le revela que el carnaval se da todo el año. Suspendido en el aire divisa Madrid y la gente que en él habita, un joven, una mujer, un abogado, el médico que atiende al moribundo, los novios que se prometen fidelidad, un militar: todo falsedad.
Asmodeo y el Bachiller se dan un paseo por el teatro, lugar donde las máscaras no existen. Divisan un decorado con la salida de los actores, intérpretes de viejos personajes griegos.
Repentinamente el Bachiller despierta en la fiesta de disfraces y vuelve en sí reclamando a voces la presencia de Asmodeo, los invitados congregados junto a él. Se encuentra hambriento y reconoce que todo el año es carnaval.