miércoles, 14 de septiembre de 2011
Madrastra se mostró la naturaleza con el hombre, pues lo que le quitó de conocimiento al nacer le restituye al morir y un desdichado no sólo no halla agua en el mar, pero ni tierra en la tierra. Ese desdichado considera el hablar efecto grande de la racionalidad, que quien no discurre no conversa; porque no están presentes los que no se tratan, ni ausentes los que por escrito se comunican: viven los sabios varones ya pasados y nos hablan cada día en sus eternos escritos, iluminando perennemente los venideros. Y es el hablar atajo único del saber: hablando, los sabios engendran otros, y por la conversación se conduce al ánimo la sabiduría dulcemente. Es la noble conversación hija del discurso, madre del saber, desahogo del alma, comercio de los corazones, vinculo de la amistad, pasto del contento y ocupación de personas.
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