sábado, 10 de abril de 2010
Análisis del Artículo de Larra por Licenciado Vidriera
EL MUNDO TODO ES MÁSCARAS. TODO EL AÑO ES CARNAVAL
Publicado el 14 de marzo de 1833, pertenece a la primera época del Larra articulista y eso se percibe tanto en el contenido como en la forma y en el lenguaje utilizado. Este artículo es uno de los últimos publicados en El Pobrecito Hablador, pues cesa dicha publicación en marzo de ese mismo año, meses después que comenzara Larra a escribir para La Revista Española. El artículo está firmado como El Bachiller, Juan Pérez de Munguía, pseudónimo utilizado por Larra durante este período.
Larra como crítico teatral fue seguidor de Moratín y lo manifiesta con la frase de encabezamiento, ¿Qué gente anda allí arriba, que anda tal estrépito? ¿Son locos?
Utiliza Larra en este artículo un estilo más cercano al público, con tintes costumbristas y con poco de política. Sencillamente critica de manera irónica y fina a la sociedad en la que él se ve envuelto. El Bachiller, Juan Pérez de Munguía es un hombre que sale de un pueblo retrasado culturalmente y que ha tenido acceso a la cultura y es por ello que se revela contra la sociedad.
La temática de este artículo puede ser extrapolado a cualquier momento de la historia, pues la hipocresía de la gente ha sido tratado por escritores en toda la literatura universal.
Clavileño es un caballo que aparece en el capítulo XLI (41) de la segunda parte del Quijote. Es un caballo que llega con retraso lo que produce una impaciencia en don Quijote. La misma impaciencia que experimenta el Bachiller camino de la fiesta, pero no por deseos de llegar, sino por las circunstancias en que acude al baile de máscaras.
A parte de la falsedad que envuelve a cualquier ser racional, otros temas son tratados en el artículo:
El oficio de escritor: Larra se siente escritor, o mejor dicho, profesional de la escritura, escribe artículos por los que es bien pagado. Al comienzo del artículo que nos ocupa, lo admite: el Bachiller se encuentra envuelto en un sinfín de reflexiones para poder plasmarlo por escrito (203) Unamuno, que sentía al parecer poca simpatía por Larra, hablaba de “su oficio de escritor”, del profesional de la literatura.
La mordacidad de Larra está presente en cada uno de sus artículos, tal es así que incluso un personaje de Galdós amonestaba: “Cuidadito con Larra que tiene más talento que pesa; pero es mordaz y malicioso”. Igual que a Galdós le sirvió la sociedad para novelarla, a Larra le sirvió para censurarla de manera brillante e irónica.
La sociedad del siglo XIX: Si bien es cierto que el artículo deja patente la hipocresía que envuelve a la sociedad que le tocó vivir, también es cierto que esa hipocresía no es característica de una época, el XIX, sino de muchas. Por ello debemos entender esta crítica como algo más genérico y muy recurrente en la literatura universal. El caso de El Criticón de Gracián, donde el engaño a los ojos estará presente a lo largo de toda la obra, Andrenio representará al hombre común que se deja engañar por la apariencias y Critilo representa al hombre juicioso, que elige con cautela. El Criticón muestra la estructura literaria de Maestro-discípulo, el uno enseña y el otro aprende.
El engaño a los ojos en la literatura: Parece obvio que el engaño a los ojos es un motivo literario muy recurrente. En la literatura los personajes pueden engañar, aceptar el engaño y descubrir el engaño. Lectura de textos en relación con ello.
Mundo y confusión: Accede al baile de máscaras el Bachiller donde reina ya la primera confusión de los elementos, en el salón se advierte la confusión de sensaciones encontradas en un baile de máscaras, donde las palabras se confunden con la voces.
Lo onírico y la muerte: cuando el protagonista fatigado y momentáneamente apartado del enjambre de máscaras se duerme en un rincón, y tanto el sueño como el ayuno le acercan a una redoma mágica (vasija), de la que en medio de un torrente de luz aparece Asmodeo y le muestra tipos que son bien conocidos en la literatura revelando su verdadero envés. La vejez vergonzante, las viejas y sus afeites engañadores, el médico y el picapleitos, el militar fanfarrón y embustero. Larra por tanto toma el sueño y lo convierte en la ensoñación de Vélez de Guevara por medio de Asmodeo, que es propiamente Ceoflás en la novela española.
Participación de Asmodeo como la quintaesencia del artículo: Todo el año es carnaval mantiene Asmodeo, ya que todo anda encubierto, meramente simulado o al revés. Asmodeo anticipa a Larra su última lección desengañada: que todo Madrid es un cementerio y que el cementerio más próximo es su propio corazón.
Gran comedia: La Gran Comedida representada por todos resulta transparente y se añade un aliño sentimental que consiste en decirnos que la representación no admite jerarquía de papeles ni firmeza, pues se representa precisamente aquello que no es.
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