jueves, 28 de octubre de 2010
El legado de la Tragedia Griega, Visión de Licenciado Vidriera. (Seminario del Profesor Febres Cordero)
El cuerpo es un conjunto de formas, de órganos y miembros unidos entre sí. Todo permanece en su sitio, nada se separa, afortunadamente. El hígado tiene su sitio, al igual que el corazón, la cabeza está pegada al cuello y éste al tronco. Qué máquina tan perfecta como señalaba Pérez Oliva en su tratado de la diginidad del hombre. Ahora bien, qué ocurre con la mente. Pues que la mente se puede separar milagrosamente del cuerpo, ¡Eureka! De eso se dieron cuenta en seguida los antiguos griegos. Aristóteles lo denominaba el NOUS. Los griegos eran consciente de muchas cosas, pero entre otras, descubrieron que podías estar en un sitio sin haber llegado. E irte de él, incluso estando...
A partir de esta reflexión, el griego inventa la tragedia. Género muy vinculado a la locura, entendida ésta como la pérdida de contacto con lo irracional. Es la locura un estado transitorio, que aparece y desaparece. Volverse loco es perder el contacto con la sinrazón.
El hombre en sentido genérico está vinculado a la Historia de la Cultura, algo que afortunadamente no cesa, es un continuum. La trayectoria vital de un individuo es breve, muy breve... un punto en el firmamento, pero ese punto leve, discreto, fugaz, está en contacto con los que "han sido" gracias a la Historia de la Cultura.
Los griegos antiguos fundaron la cultura de Occidente, pues en aquella época todo era Oriente. Fueron atrevidos y sacando un pie fuera de Oriente para crear e inventar la cultura occidental. Dentro de este descubrimiento culutral se encuentra el aspecto fundacional de la Tragediam un género que nace con los griegos y también muere con ellos. Nunca después se entendió la tragedia como la entendieron los griegos. Incluso las tragedias shakesperianas adoptaron una vertiente muy distinta a lo que se entendía por tragedia helena. A diferencia de los personajes de las tragedias occidentales post-griegas, los griegos eran personajes que era conscientes de su imbecilidad y es por ello por lo que aprenden de esa actitud y la pueden modificar. La tragedia en términos genéricos, consiste en un gran entramado que se puede entender cronológicamente desde Homero hasta Borges, pasando por San Agustín, Cervantes y un largo etcétera. Es por ello que la Tragedia la debemos entender como un bien sincrético, un conocimiento que no se detiene. Es el sincretismo perenne. Se debe entender el sincretismo como corrientes de pensamientos, un entramado de ideas. Es cierto que las nuevas formas de pensamiento crean conflicto y hay que admitirlo así. La Historia del hombre es la historia de una locura tramitada por cauces culturales. El hombre sigue anclado en esa locura y sólo ha evolucionado en cuestiones médicas y técnicas.
La locura ya está presente en la Ilíada que la sufre el propio Aquiles y que la objertiviza por su ira: Agamenón le ha robado una mujer Criseis, la hija del sacerdote. Son actitudes que provienen de lo anímico, de lo que uno siente. Se puede definir tal hecho como urdimbre psíquica.
Los griegos inventaron tres términos para la definición de PALABRA, lo que hace pensar la importancia que los antiguos helenos daban al concepto de palabra que la inundan de ricos matices. Epos, que se puede entender como el sonido de la palabra, su aspecto fonético. Mitos, que es la palabra con una parte oscura, una cola que implica trama. Logos, palabra del discernimiento, de la razón.
El mito es lo que vincula la Historia de la Cultura con la urdimbre psíquica. El griego se da cuenta que el intelecto del hombre es algo ínfimo en la inmensidad de la oscuridad. El mito se encarga de dar estabilidad al fluido histórico. No puede ser que el hombre se descomponga paulatinamente y que el tiempo fluya sin sentido. Al terminar la lectura de este ensayo, tendremos menos pelo, menos piel y seremos más viejos y es que nos estamos diluyendo en el tiempo sin darnos cuenta, afortunadamente. Es paso del tiempo es algo inexorable, clepsidra que no para. Lo cierto es que la dirección hacia la que nos dirigimos en ese devenir temporal sí depende de nosotros. Esa dirección hemos de entenderla como destino. Uno es responsable del fluir del tiempo.
Como ya se ha señalado la tragedia griega se perdió. Los personajes de las tragedias no-helenas carecen de la conciencia de sus actos, ni de su locura, no caen en la cuenta de nada: Ni Romeo ni Julieta ni Othello. La tragedia como remedio para curar la locura del hombre se perdió para no volver a aparecer nunca más. Se perdió el tratamiento de lo oscuro, de la desmesura y de la razón.
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