viernes, 7 de mayo de 2010

Reseña del Artículo


ARTURO PÉREZ-REVERTE



Es este un artículo al más puro estilo REVERTIANO, es explícito y directo, y no se puede afirmar que sea sutil. Es una denuncia que Reverte lleva dentro y quiere soltarla. Es cierto que el artículo lo obtuve de manera casual, y aunque su procedencia está clara pues pertenece al suplemento cultural XLSEMANAL en su versión digital, su datación no lo está tanto. Pero, ¿a quién le importa?, nos encontramos ante un artículo que carece de temporalidad, pues se trata de un artículo de opinión, noticiable pero que no es noticia.

Además, debemos manifestar la importancia de la firma, pues debido al capital simbólico que el autor tiene (en términos de Pierre Bourdieu), se convierte en un artículo con un indudable tirón. Pérez-Reverte prestigia el tema tratado y lo pone de actualidad.

La forma “unos y otros” que utiliza el autor, nos sitúa ante un planteamiento distributivo, equitativo y distante. Además dicha construcción se hace recurrente a lo largo del texto.

“Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros”. De inocencia no tiene nada el artículo de Pérez-Reverte, aunque la alusión primera tenga que ver con Disney y los mundos del tío Gilito.

Su mordaz mensaje porta flechas envenenadas con fina ironía que arremete contra unos y otros. Igual que los apandadores intentan una y otra vez robar al tío Gilito, los políticos roban planes de estudios competentes, propuestas de formación dignas y todo ello de manera indolente, descarada y sin usar antifaz.

La imparcialidad de Reverte está presente, pues el reparto de cicuta se hace de manera proporcionada y atendiendo al principio de equidad; nadie se queda sin su ración, hay cicuta para unos y otros.

Se muestra duro Pérez-Reverte, está enfadado, indignado y lo demuestra en cada línea. Eso le honra. Un escritor prestigioso, comercial y popular, con la letra T en su sillón de la RAE, se podía dedicar a escribir y no polemizar, pero sin embargo se muestra, en este artículo, como un intelectual comprometido, alejado del conformismo y de la autocomplacencia. Arremete contra todo político que a su modo de ver ha contribuido negativamente a la educación, es más, cita explícitamente al Presidente. Esto le hace valiente.

Barcos con cargamentos de oro intelectual, territorios comanches donde poner sabor a educación, un húsar batallando por buenos planes de formación, maestros de esgrima, de gramática, de literatura e historia, una carta esférica donde se revela la verdad. Eso es lo que trae Pérez-Reverte, mucha calidad.

Hay quien sostiene que no es más culto el que mejor habla sino el que más registros domina (cita textual del profesor D. Ricardo Senabre en una de sus clases), y en eso Reverte es un pionero. Su artículo presenta un registro, ora culto, ora vulgar; y eso le hace de nuevo grande. El gusto periodístico como columnista está presente permanentemente en el texto. Se muestra ágil, rápido, irónico propio del lenguaje de periódico, pero sin abandonar los tintes literarios que engrandecen el artículo: eufemismos, referencias cultas y nombres de ilustres escritores como Quevedo, Cervantes o Machado. Eufemismos como agrafía, siendo ésta la incapacidad total o parcial para expresar las ideas por escrito a causa de una lesión o desorden cerebral. Referencias cultas como la Arcadia, ese paraíso perdido al que todos miramos y nadie encuentra.

Tiene Pérez-Reverte mucho de Larra en esta columna, y si no mucho, “algo”, pues refleja una situación que se da en la sociedad que le ha tocado vivir y le queda la pluma para intentar solucionarlo. Aunque los estilos son muy diferentes, el primero se muestra más directo y menos literario, el segundo más sutil y más retórico. Ambos reivindicativos, ambos inteligentemente irónicos y mordaces. En los dos casos se entremezclan técnicas periodísticas y literarias, dos mundos que tienen mucho en común.

Pérez-Reverte pone de manifiesto una realidad: ¿es que nadie echa de menos el BUP y el COU? El latín y el griego, a Salustio con La Conjuración de Catilina, a Virgilio con su Eneida. Estamos ante una espiral de deterioro, donde las generaciones venideras formadas en la ecuación para la ciudadanía nos sacarán de la mediocridad. La generación de Hanna Montana no echará de menos a los clásicos, sin embargo subirán el nivel del informe PISA (programa internacional para la evaluación de estudiantes). ¡Estamos salvados!

Dios tenga a buen recaudo a Góngora y a Gracián, también a Borges y a Cortázar. Que Cervantes se pudra en la estantería. No pasa nada, reinará Homer y su prole en una sociedad cada vez más necesitada.

LICENCIADO VIDRIERA

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