domingo, 31 de enero de 2010

Los Clásicos

CUANDO PIENSAS QUE LA EDUCACIÓN NO PUEDE EMPEORAR, PUES RESULTA QUE VA Y EMPEORA. Coges los planes nuevos de estudios, y observas que los clásicos han desaparecido. Los clásicos, esos formadores de formadores, los que fomentan la lectura y los buenos hábitos, esos que afirman que NADA CON EXCESO y CONÓCETE A TI MISMO. Los que presentaron las teóricas poéticas, los dioses, semidioses y hercúleas estatuas. Los que hablaban en griego y latín, la etimología y la filología y el gusto por el término medio. El joven estudiante desconoce estos extremos, y los políticos, de izquierdas, de derechas y de centro, que sí los conocieron, pecan de egoístas al no obligar a los Ministerios a incluir a estos clásicos en los planes. ¿Se puede entender la filosofía sin Platón? ¿La Literatura sin Aristóteles? Pues yo entiendo que no. Ahora bien, el SMS, el chat, el tuenti y el facebook pueden con los clásicos. En C.O.U., ese curso extinguido que "orientaba" al pre-universitario, se traducía a Catilina y su conjuración, Salustio lo dejó bien claro. La Eneida de Virgilio llegaba al estudiante que ahora es cuarentón. Vaya rollo, dice mi hijo, si con ese nombre no puede triunfar. La generación de Internet, de Fama y el baile, de Hanna Montana y su estúpida sonrisa, nunca saborerán a los clásicos, pues para ello éstos son momias.
En la espiral del deterioro hacia una educación para la ciudadanía que intentará desasnar a estudiantes que piensan en Greenpeace y en los botellones más que en los clásicos, nosotros los escritores, debemos poner un punto de cordura en esta locura colectiva aceptada como normal. La educación es importante, por ello orientemos a los jóvenes y fomentemos la lectura de los clásicos. Michel de Montaigne debería presidir la mesilla del adolescente en pro de una buena educación. Gracían, más avanzado, mostrará el buen camino, la buena elección entre los dos caminos, el bueno y el malo. Aprende a distinguir pues las elecciones marcan nuestro futuro, y Andrenio aprendió de Critilo a eso, a elegir con cautela.
Por ello, basta de hipocresía y anulemos las introducciones hacia nuevas asignaturas, alejémosnos de los créditos y digámos a los políticos que esta educación es una mierda.

1 comentario:

  1. ¡¡Hola Licenciado Vidriera!!

    ...¿Sabías que Los Simpson es una serie escrita por guionistas, periodistas y escritores salidos de las universidades más prestigiosas del mundo como Yale... ? No me parece muy correcto desprestigiar determinadas formas de expresión sólo porque en cierta manera (y sólo en cierta manera, porque si hubieras visto la serie sabrías que tiene referencias a toda la literatura clásica, a las grandes películas y un largo etcétera...) sean aptas para el público infantil.
    Vamos, que igual la has visto y no te convence, pero aún así, comparar la superficialidad y los valores de Hannah Montana con la calidad como serie de dibujos animados para niños (y adultos) de los Simpsons no me parece realista sino fruto de un prejuicio; pero esto es sólo un apunte personal porque me encanta esta serie ;p y ya ves, leo clásicos y no clásicos (¡e incluso escribo!).

    Tienes razón, no obstante, al decir que se están abandonando los clásicos en las escuelas, y los pocos que se dan son tratados de una forma absolutamente aburrida...y aquí lanzo una pregunta que puede ser importante ¿es falta de profesionalidad lo que mueve a nuestro gobierno (sea cual sea) y a nuestros profesionales de la enseñanza a seguir (y acentuar) este retraso cultural o se trata de un método para adormilar las mentes de las futuras generaciones? Personalmente creo que todo este bombardeo para acabar con la extensión de la cultura (llámalo educación, llámalo SGAE) se debe a una preocupación de determinadas personas por mantener su elitismo... su jerarquía... ¿qué te parece?

    ¡Dale una oportunidad a Los Simpson! Verás que reflejan sorprendentemente bien lo ridículamente estúpida que es la sociedad en la que vivimos.

    Es un placer leer un blog de tanta calidad, con tanto debate y tan personal :D

    ¡¡Saludos!!

    Zeta Ibarzo.

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