HUMANISMO
HERMES TRIMEGISTO Y PÉREZ DE OLIVA
“ASCEPLIO Y ANTONIO: UNA VISIÓN CONCOMITANTE”
“Gran milagro, oh Asceplio, es el hombre”, afirma Hermes. He aquí una cita muy significativa del texto hermético de Hermes Trimegisto, perteneciente a “Corpus Hermeticum” tratado XIV. El hombre como principio fundamental de entendimiento, idea retomada por los humanistas siglos después de la publicación del texto citado. Fernán Pérez de Oliva escribe “Diálogo de la dignidad del hombre” en el que procede a la apertura de las conciencias de varios personajes, entre los que se encuentra Antonio, quien manifiesta un antropocentrismo claro, incluso una comparación cósmica cuando dice “… ni en todo el orden que tiene el universo; mas veo también como en espejo claro el mismo ser de Dios y los altos secretos de la trinidad”. Esta cita se puede entender como pensamiento hermético.
Es cierto que el hombre del Renacimiento vuelve a ensalzar la naturaleza, lo que rodea a Dios, ensalzan la naturaleza sin rechazar al mundo. Este hombre humanista se centra en el mundo para mejorarlo y así conseguir una vida más placentera. Hermes Trimegisto afirma en su texto “La naturaleza contiene y envuelve al Alma y al Mundo, y los agita a fin de que, producidas las variadas cualidades de todas las múltiples figuras de todas las cosas…”
Dice Pérez Oliva “El cual para mí es cosa admirable cuando considero que aunque estamos aquí – como tu dixiste—en la hez del mundo, andamos con él por todas las partes: rodeamos la tierra, medimos las aguas, subimos al cielo, veemos su grandeza…” Destaca aquí el autor el entendimiento, el nous griego: la cara superior del alma, las facultades que se encuentran por encima de la razón.
Trimegisto llega a comparar al hombre con Dios cuando escribe ¡Oh Asclepio, qué gran maravilla es el hombre, un ser vivo digno de reverencia y de honor,… como si él mismo fuera un dios! ¡Oh de qué mezcla privilegiada fue hecho el hombre! Unido a los dioses…” De igual forma Pérez Oliva”… pues así las faltas de la naturaleza humana, si algunas uviese, pensaríamos que en Dios estuviesen, pues ninguna cosa ay que también represente a otra como a Dios representa el hombre” Como se puede apreciar el autor renacentista llega a afirmar que si el hombre posee faltas, también Dios las posee. No obstante a lo largo de todo el diálogo de Antonio se infiere la sutileza con la que Pérez Oliva maneja el tema, pues la Santa Inquisición podría percibir cierto sacrilegio en sus escritos. Aún así, el autor no renuncia a proclamar uno de los principios humanistas, a saber, la libertad: “Porque como el hombre tiene en sí natural de todas las cosas, así tiene libertad de ser lo que quisiere” Y continúa la cita con un planteamiento eminentemente neoplatónico: “es como planta o piedra puesto en ocio; y si se da al deleite corporal es animal bruto”
Hermes Trimegisto alude claramente a los elementos que el la época humanista conforman todo cuanto vemos y cuanto tocamos: Tierra, Agua, Aire y Fuego que a su vez dan lugar a los distintos temperamentos en el hombre, respectivamente melancólico, flemático, sanguíneo y colérico. “Ahora bien, cuatro son elementos de los que está formado el Mundo, a saber, fuego, agua, tierra, aire. Pero Uno es el Mundo, Una el Alma, Uno Dios”
Lo que es indudable es la gran influencia que el texto hermético tuvo en el libro de Pérez Oliva, y lo que es más, los humanistas no dudaban en utilizar textos clásicos para sus obras y del algún modo los recontextualizaban.
HERMES TRIMEGISTO Y PÉREZ DE OLIVA
“ASCEPLIO Y ANTONIO: UNA VISIÓN CONCOMITANTE”
“Gran milagro, oh Asceplio, es el hombre”, afirma Hermes. He aquí una cita muy significativa del texto hermético de Hermes Trimegisto, perteneciente a “Corpus Hermeticum” tratado XIV. El hombre como principio fundamental de entendimiento, idea retomada por los humanistas siglos después de la publicación del texto citado. Fernán Pérez de Oliva escribe “Diálogo de la dignidad del hombre” en el que procede a la apertura de las conciencias de varios personajes, entre los que se encuentra Antonio, quien manifiesta un antropocentrismo claro, incluso una comparación cósmica cuando dice “… ni en todo el orden que tiene el universo; mas veo también como en espejo claro el mismo ser de Dios y los altos secretos de la trinidad”. Esta cita se puede entender como pensamiento hermético.
Es cierto que el hombre del Renacimiento vuelve a ensalzar la naturaleza, lo que rodea a Dios, ensalzan la naturaleza sin rechazar al mundo. Este hombre humanista se centra en el mundo para mejorarlo y así conseguir una vida más placentera. Hermes Trimegisto afirma en su texto “La naturaleza contiene y envuelve al Alma y al Mundo, y los agita a fin de que, producidas las variadas cualidades de todas las múltiples figuras de todas las cosas…”
Dice Pérez Oliva “El cual para mí es cosa admirable cuando considero que aunque estamos aquí – como tu dixiste—en la hez del mundo, andamos con él por todas las partes: rodeamos la tierra, medimos las aguas, subimos al cielo, veemos su grandeza…” Destaca aquí el autor el entendimiento, el nous griego: la cara superior del alma, las facultades que se encuentran por encima de la razón.
Trimegisto llega a comparar al hombre con Dios cuando escribe ¡Oh Asclepio, qué gran maravilla es el hombre, un ser vivo digno de reverencia y de honor,… como si él mismo fuera un dios! ¡Oh de qué mezcla privilegiada fue hecho el hombre! Unido a los dioses…” De igual forma Pérez Oliva”… pues así las faltas de la naturaleza humana, si algunas uviese, pensaríamos que en Dios estuviesen, pues ninguna cosa ay que también represente a otra como a Dios representa el hombre” Como se puede apreciar el autor renacentista llega a afirmar que si el hombre posee faltas, también Dios las posee. No obstante a lo largo de todo el diálogo de Antonio se infiere la sutileza con la que Pérez Oliva maneja el tema, pues la Santa Inquisición podría percibir cierto sacrilegio en sus escritos. Aún así, el autor no renuncia a proclamar uno de los principios humanistas, a saber, la libertad: “Porque como el hombre tiene en sí natural de todas las cosas, así tiene libertad de ser lo que quisiere” Y continúa la cita con un planteamiento eminentemente neoplatónico: “es como planta o piedra puesto en ocio; y si se da al deleite corporal es animal bruto”
Hermes Trimegisto alude claramente a los elementos que el la época humanista conforman todo cuanto vemos y cuanto tocamos: Tierra, Agua, Aire y Fuego que a su vez dan lugar a los distintos temperamentos en el hombre, respectivamente melancólico, flemático, sanguíneo y colérico. “Ahora bien, cuatro son elementos de los que está formado el Mundo, a saber, fuego, agua, tierra, aire. Pero Uno es el Mundo, Una el Alma, Uno Dios”
Lo que es indudable es la gran influencia que el texto hermético tuvo en el libro de Pérez Oliva, y lo que es más, los humanistas no dudaban en utilizar textos clásicos para sus obras y del algún modo los recontextualizaban.
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