jueves, 26 de noviembre de 2009

La Lisonja: Diccionario Barroco

LA LISONJA



http://buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUIMenuNtlle?cmd=Lema&sec=1.0.0.0.0.

Parece probado que, la utilización de la pluma por parte de los escritores que aspiraban a la corte, les reportó en algunos casos los favores de monarcas y validos. El fin propagandístico que buscaban los portavoces reales, está íntimamente ligado al ensalzamiento del monarca por medio del escrito. Estos documentos propagandísticos, principalmente los escritos en versos, se veían a menudo invadidos por lisonjas cuya lectura simpatizaba con el pueblo. El escritor, al igual que la gola enaltece la faz de un monarca, la lisonja poética nos acercaba de manera positiva a la figura del poderoso, sea monarca o sea valido.

Por ello, la lisonja era una de las herramientas con las que cuenta el pretendiente para hacerse hueco en la corte. Si acudimos al Diccionario de la Lengua Española, encontraremos la siguiente definición, “alabanza afectada, para ganar la voluntad de alguien”. Pero donde encontramos una definición jugosa, es en el Diccionario de Autoridades, donde se puede leer, “la nimia complacencia y afectada fineza que se tiene en alabar y ponderar las prendas, obras o palabras de otro. Sale del italiano, lusinga, que significa adulación. Lat. Adulatio”

Góngora en el siguiente poema manifiesta y reconoce que las lisonjas no siempre conducen al espacio cortesano, en su caso, anima por despecho quizá, a no malgastar la pluma en lisonjas vanas. Que nada obtiene a cambio, excepto penar y soledad.

Señores Corteggiantes, ¿quién sus díasDe cudicioso gasta o lisonjeroCon todos estos príncipes de aceroQue me han desempedrado las encías?Nunca yo tope con Sus Señorías,Sino con media libra de carnero,Tope manso, alimento verdadero,De Jesuítas sanctas Compañías.Con nadie hablo, todos son mis amos,Quien no me da, no quiero que me cueste;Que un árbol grande tiene gruesos ramos.No me pidan que fíe ni que preste,Sino que algunas veces nos veamos,Y sea el fin de mi soneto éste.






Aquí pues, leemos un fragmento de Quevedo, en el que nos damos cuenta qué se entiende por lisonja y qué se gana con ella:


http://books.google.es/books?id=4wYtAAAAMAAJ&pg=PA397&lpg=PA397&dq=quevedo+lisonja+valido&source=bl&ots=C0yfXlJMXS&sig=PkIfYA-Z2rVwpbRevTWb8NxD60U&hl=es&ei=3BykSb3gJtzFjAel3f2_BQ&sa=X&oi=book_result&resnum=1&ct=result#PPA396,M1

Por último, leamos esta cita pertinente que se atribuye Francisco de Quevedo:

“Bien puede haber puñalada sin lisonja, mas pocas veces hay lisonja sin puñalada”


http://www.mundocitas.com/pdf/Francisco+de/Quevedo+y+villegas

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