jueves, 26 de noviembre de 2009

La importancia de la Corte en el Barroco


LA CORTE COMO ESPACIO DISCURSIVO

La noción de corte, desde épocas feudales hasta realidades urbanas, ha estado sometida a la polisemia y a responder a una realidad cambiante. La corte en el siglo XVII pasa de ser un entorno reducido y homogéneo, a ser un abigarrado mundo de una villa convertida en capital y el crecimiento imparable y desordenado de un imperio. La ciudad, se entiende de Madrid, donde se sitúa la corte, muestra un impulso imparable hacia el movimiento y el cambio.
De algún modo, el teatro reflejará y fijará el orden establecido en “esa corte” que ha comenzado a desarrollarse en la monarquía de los Austria. Madrid experimenta un cambio sociológico estructural, además el público es más heterogéneo, alejado del culto círculo cortesano. Los discursos renacentistas quedan sin validez ante el desarrollo de un público más complaciente.
Encontramos en este periodo, un proceso de separación entre géneros cultos y géneros populares, afectando a la lírica y al teatro. En la prosa las diferencias no son tantas por la imposición de la imprenta que atiende a una gran variedad de público. La corte madrileña se convierte en vía de comunicación literaria. La novela y la comedia de corral serán géneros vinculados directamente con la corte.
El desarrollo de la novela se produce en estrecha relación con el espacio de la corte. Además la prohibición de imprimir comedias debido a la “Junta de Reformación (1625-1635), provocó ciertas novedades genéricas más o menos efímeras. Estos cambios, la creación de nuevos géneros y un nuevo público, determinarán la prosa narrativa del siglo XVII, siendo la corte, la realidad material y conceptual donde se desarrollan estas narraciones, llegando a convertirse la corte en un auténtico espacio discursivo.
La corte se convierte en una vía comunicativa muy peculiar: mediante la imprenta, Madrid se convierte en el mercado de la industria y en un núcleo irradiador de producción literaria. Los escritores eran atraídos por el brillo de la corte y las posibilidades de difusión. Madrid como espacio de consumo literario.
La trama, especialmente en prosa, se desarrollará en la realidad creciente de la corte, cuyo telón de fondo será el escenario de los personajes envueltos en las nuevas relaciones que genera la corte como espacio urbano y social. El público lector reconoce esa realidad que se le presenta, referente casi único del relato barroco. La corte es por tanto un espacio de acción y un espacio referencial, es la narrativa cortesana.
Para entender la corte como elemento discursivo, es decir, como participante en el desarrollo y definición del discurso literario, debemos tener en cuenta una amplia franja de la prosa barroca, sin ser exclusiva de la narrativa cortesana.
La propia política del monarca y sus validos dibuja la tensión entre regla y permisividad de una narrativa galante y marginada.
Se nos presentan diferentes modalidades genérico-discursivas mediante el tratado doctrinal, relato novelesco, la alegoría, cuadro de costumbres, episodios oníricos, siempre teniendo en cuenta el modelo de la novela en sentido estricto, bien para evitar la “Junta de Reformación” o bien por la distancia histórica que separaba el discurso de la corte de la novela moderna.
Para componer una parte de este proceso, seleccionaremos textos que tienen que ver con la aparición en 1617 de la Plaza Mayor de Madrid, punto neurálgico de la corte, lugar de punto de encuentro para ver y ser visto.

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